"Hay quienes dicen que si no sabés el nombre del ministro de Economía, es porque las cosas andan bien. Y un poco eso se traduce también a los gobernantes", comentó Federico van Mameren, conductor de Panorama Tucumano, el programa insignia de LG Play.
En este sentido, Van Mameren señaló que hay dos formas de gestionar. Explicó que en Tucumán se han empleado distintas maneras de gobernar, pero que existe una impronta central que aún persiste: la dejada por José Alperovich.
Van Mameren mencionó que algunos consideran a Alperovich como el mejor gobernador en la historia de Tucumán. "Ese gobernador tenía como política poner siempre la cara él mismo. Ni siquiera le gustaba que los ministros aparecieran. Los ministros se escondían bajo su 'falda'. Era su imagen, su declaración, y siempre daba la cara. Ahora esos ministros, muchos de ellos enriquecidos, ni lo saludan", afirmó.
Durante esa época, Alperovich era conocido como "el general" en los análisis de la prensa. "Los esbirros de siempre le decían a Alperovich que eso no correspondía, que no se debía hacer, que lo querían voltear. Los mismos esbirros de hoy, aunque menos enriquecidos porque aún no han pasado 12 años en el poder, ahora le dicen cosas a Osvaldo Jaldo sobre la prensa. Jaldo es de 'gatillo fácil', mejor dicho, de 'celular rápido', y apenas los esbirros le dicen algo, él envía un audio de WhatsApp recriminando, hablando mal, siendo a veces grosero, aunque claro, hoy ser grosero es casi lo mismo que ser presidencial", dijo Van Mameren.
En este sentido, el conductor opinó que algunas actitudes quedaron atrapadas en un túnel del tiempo, y ese túnel es el que, quizá, llevó a la ley de las 4 AM.
"La preocupación de Jaldo quizá no tenga que ver con las prohibiciones de Alperovich, que no condujeron a nada, sino con este tema en particular. Es una preocupación que se viene instalando desde hace meses. El gobernador no tomó una decisión apresurada. Está preocupado porque muchas de estas fiestas electrónicas se hacían en Salta y las fueron sacando, y a Jaldo le preocupaba que, a medida que aumentaban las fiestas, también aumentaban los incidentes y el consumo de droga", explicó.
Van Mameren sostuvo que Jaldo decidió lo que no debía haber decidido: "Decidió igual que Alperovich, decidió prohibirlas. Y las prohibiciones ya nos enseñaron que solo llevan a excesos clandestinos", sentenció.
El editorial concluye señalando que mañana habrá un diálogo, un diálogo que debería haber comenzado mucho antes de tomar una medida tan drástica. La historia ha demostrado que las soluciones autoritarias y las prohibiciones sin un respaldo sólido de políticas preventivas y educativas solo llevan a escenarios más complejos y peligrosos. Es una lección que, tristemente, parece que no hemos aprendido.